Efectos del estrés en nuestro rendimiento deportivo ¿Enemigo o aliado?

Seguramente todos tenemos la idea de que el estrés es dañino, algo a evitar. Entonces… ¿Por qué también decimos que es una respuesta adaptativa y que puede beneficiarnos en nuestro deporte?

El estrés es una respuesta de nuestro organismo que moviliza recursos fisiológicos y psicológicos con la finalidad de afrontar alguna demanda. Se trata de una reacción adaptativa, es decir, beneficiosa de cara a ponernos en marcha y ayudaros a funcionar en situaciones exigentes como puede ser una competición deportiva.

Es el exceso de estrés lo que realmente resulta dañino. El sobrefuncionamiento al que se somete nuestro organismo cuando la respuesta de estrés esta crónicamente activada va a ser lo que provoque que nuestra salud se resienta. Y no sólo será nuestro estado físico y mental los que se vean afectados, ya que esto nos llevará a un descenso de nuestro rendimiento en nuestra actividad deportiva. Por lo tanto podemos ver que estrés, salud y rendimiento van de la mano.

A lo largo de nuestro día a día, por ejemplo en nuestros entrenos, podemos enfrentarnos a infinidad de situaciones potencialmente estresantes que nos vayan afectando según nuestra capacidad de afrontamiento y la actitud que adoptemos ante dichas situaciones (entrenamientos exigentes, decisiones del entrenador, plazos a cumplir, dieta, búsqueda de patrocinadores…) Pero no son sólo situaciones de “exceso” las que nos pueden generar estrés, también las situaciones de “privación” pueden ser estresantes, como por ejemplo no contar para el míster y estar en el banquillo, lesiones que nos dejan un tiempo parados, no optar a ningún título y sentirnos sin alicientes…

Debemos aprender a convivir con el estrés ya que es una respuesta humana totalmente normal y de la que podemos sacar provecho si sabemos escucharla y observar de que nos está avisando. Por ejemplo, estar preocupado por una final, puede hacer que dediques más tiempo a su preparación y que perfecciones tu estrategia; estar más alerta cuando la pista está mojada puede hacer que evites una fuerte caída… Son situaciones en las que el estrés está cumpliendo su finalidad adaptativa y beneficiosa movilizando nuestros recursos.

El hecho de que el estrés resulte en una respuesta perjudicial o adaptativa para nosotros depende de muchos factores, veamos algunos ejemplos:

· Nuestra personalidad (impacientes, competitivos, hostiles…)

· Habilidades de afrontamiento de las que disponemos

· Nuestras creencias y actitudes ante los problemas

· La valoración que hagamos de las situaciones cómo amenaza o cómo reto

· El apoyo social que percibimos de los otros

· Predisposición biológica

La combinación de estos factores será la responsable de que sintamos un nivel de activación que influya en nuestro rendimiento y nuestro estado de salud físico y mental.

Una baja respuesta de estrés ante situaciones que nos demanden movilizar mayores recursos puede hacer que nuestro rendimiento sea inferior al esperado. Por ejemplo, si creo que la próxima competición será fácil, esto puede ocasionar que no me prepare lo suficiente y que no salga lo suficientemente enchufado.

Una respuesta excesiva de estrés también perjudicará nuestra actividad cotidiana ya que nos generará angustia, tensión, dificultad en la toma de decisiones… y por tanto también nos impide un rendimiento normal y nos genera perdida de oportunidades. Por ejemplo, estar demasiado tenso ante una competición puede hacer que me sienta atenazado, que no salgan mis habilidades con fluidez, que tenga mas riesgo de lesión, que cometa más errores…

Es el nivel óptimo de activación o estrés el que nos dará la energía y capacidad de movilización necesaria para afrontar demandas con un adecuado rendimiento y sin comprometer nuestra salud.

En esta línea la psicología deportiva puede ser una gran ayuda de cara a saber gestionar este nivel de estrés para que no se convierta en algo patológico y perjudicial para el rendimiento. Entender y aceptar las emociones y las respuestas fisiológicas que estas provocan es una de las claves para perder el miedo a sentir estrés y ansiedad. El aprendizaje de habilidades de afrontamiento como pueden ser la relajación, la solución de problemas, comunicación asertiva, focalización atencional, gestión de pensamientos… pueden hacer que nos enfrentemos a las situaciones demandantes de una competición o simplemente a los entrenos del día a día sintiéndonos más capaces y con más confianza!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir arriba