Los ataques ansiedad, también llamados ataques de angustia o pánico, son problemas mas frecuentes de lo que pensamos. Si estas crisis ocurren en el ámbito del deporte ocasionan una gran perturbación en el rendimiento y un marcado malestar emocional. Cuando decimos que un deportista “no puede con la presión” o “no sabe gestionar los nervios” normalmente estamos hablando una ansiedad elevada que puede desencadenar en una crisis de ansiedad.
Es importante entender esta experiencia tan desagradable de elevada ansiedad para poder empezar a manejar sus síntomas y superarlos, para poder así dar el máximo rendimiento en la competición de manera regular.
Una crisis de ansiedad consiste en un episodio brusco en el que aparecen miedo y malestar intensos acompañados de múltiples síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales. Las crisis de ansiedad ocasionan síntomas somáticos como palpitaciones, elevación de la frecuencia cardiaca o sacudidas del corazón. Pueden aparecer temblores, sensación de falta de aire, opresión en el pecho, sensación de ahogo. También es frecuente la aparición de nauseas y molestias abdominales o mareo entre otros síntomas.
A nivel cognitivo aparece un intenso miedo. Este miedo pueda llegar a ser de tal magnitud que podemos temer perder el control, temer estar volviéndonos locos e incluso miedo a estar sufriendo un ataque al corazón. Para quién sufre un ataque de tal intensidad, el miedo vivido es tan grande que la persona empieza a temer el hecho de volver a tener un nuevo ataque.
Cuando a un deportista sufre un ataque de ansiedad, su conducta también se ve afectada ya que en el futuro intentará evitar situaciones o lugares que le puedan volver a generar una crisis. También se encontrará mas hipervigilante a sus sensaciones físicas, más tenso o agarrotado.
Cuando alguien sufre crisis de pánico recurrentes e inesperadas podemos estar hablando de un trastorno de pánico. Esto es así si las crisis ocurren durante un mes o mas y generan una gran preocupación por la posible aparición de las crisis, por las consecuencias de estas y además suponen un cambio en el comportamiento habitual.
Si un deportista empieza a sufrir crisis de ansiedad se genera una preocupación creciente y un marcado descenso del rendimiento. Lo primero que debemos saber es que una crisis de ansiedad, a pesar de ser muy molesta e incluso aterrorizante, no es peligrosa.
Hay situaciones en el deporte en las que es más probable que se genere un aumento de la activación y puedan desencadenar en una crisis de angustia. Veamos algunos ejemplos:
- Antes de una competición importante como una eliminatoria o una final
- Percibir presión generada por el entorno, el entrenador o la directiva
- Una situación de gran incertidumbre, como por ejemplo caerse de las convocatorias o que falle un patrocinador importante.
- Frustración repetida al cometer errores o encadenar derrotas
- Enfrentarse a una situación en la que se ha fallado en el pasado
- Situaciones desconocidas como por ejemplo debutar en el primer equipo
- Hablar en público, comparecer ante la prensa
Estos son sólo algunos ejemplos de situaciones que pueden generar una gran ansiedad, pero para cada deportista serán situaciones diferentes dependiendo de su carrera profesional y su historia.
Para vencer la ansiedad es importante entender que es una emoción y que no es peligrosa. Debemos analizar de dónde viene y porque reacciónanos con elevada angustia a determinadas situaciones para empezar a trabajar en el manejo de esta emoción.
Existen multitud de técnicas en psicología que pueden aplicarse para reducir el nivel de activación y empezar a superar estas crisis. Algunas de las más habituales y eficaces son las siguientes:
Respiración abdominal profunda
Relajación muscular progresiva
Mindfulness
Entrenamiento autógeno
Visualización
Reetructuración cognitiva
Control de pensamientos
Rutinas de concentración y manejo de la activación
Es importante saber identificar que estamos teniendo un problema en relación con la ansiedad en nuestro deporte y ponerse en manos de profesionales para aprender a manejarlo. Un psicólogo del deporte con la adecuada formación puede ayudarte a entender tus emociones, identificar los desencadenantes y entrenarte en técnicas de control de la activación y la ansiedad.
Este trabajo puede ser clave en tener un rendimiento alto, estable y sobre todo a saber afrontar las situaciones de máxima exigencia en tu deporte.
Excelente información